"Por estos días, parece que el corazón late y que las mujeres laten con un corazón enamorado. Pero no sólo laten de amor. A veces, muchas más de las que se cree, laten como una advertencia que es más difusa que la de los varones y, por eso, incluso ignorada hasta por los propios médicos. Débora Tajer, psicoanalista, especialista en género y salud pública y autora del libro Heridos corazones. Vulnerabilidad coronaria en varones y mujeres, de Editorial Paidós, desnuda por qué, hasta ahora, sobrevive la idea de que los hombres son más propensos a sufrir un infarto, a tener que realizarse un by pass o a someterse a una cirugía de carótida como el ex Presidente Néstor Kirchner. “La vulnerabilidad coronaria no está solo asociada a la hiperactividad y su consiguiente desgaste, sino que esta ligada a los costos en salud del sostenimiento de la hegemonía. Por esa razón, los varones han pagado más, hasta el momento, el sostenimiento de su lugar social en la modernidad”. Incluso, Kirchner. Aunque su internación tuvo interpretaciones mediáticas que la psicoanalista discute: “Una cosa es ubicarlo en los costos del poder y la construcción de la subjetividad masculina y otra hablar de omnipotencia y ponerlo en el campo de la psiquiatría como le escuche decir a Nélson Castro”.
A su vez, Tajer enmarca la sobrecarga femenina como un nuevo factor de riesgo “Es necesario revisar los modos de construcción de autonomía y empoderamiento en las mujeres para que su costo no sea morir como hombres”, advierte.
Tajer, también profesora adjunta de Estudios de Género en la Facultad de Psicología de la UBA y consultora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) remarca:“El genero influye tanto en los determinantes biológicos, psicológicos y sociales de la vulnerabilidad coronaria en mujeres. Hasta la menopausia, las mujeres estamos más protegidas, pero los riegos se elevan exponencialmente, luego de esa etapa, fundamentalmente, cuando no se ha hecho un enfoque preventivo. A nivel psicológico, la interiorización de los mandatos relativos al nuevo rol de las mujeres con la superposición de tareas sumado al ideal de hacer todo ‘10 puntos’, más la fragilización y poca cobertura de las redes e instituciones y la sobrecarga de ser –en muchos casos– única proveedora económica de la familia”. Y agrega: “La incorporación de los valores de productividad a destajo que, hasta hace poco, eran patrimonio de los varones (como valores ligados al desarrollo y la autonomía) para las actuales mujeres han aumentado la vulnerabilidad coronaria”. (Leer nota completa)
Fuente: Página 12